viernes, 23 de noviembre de 2012

INVERTIR EN ESPANA....

JAJAVIER GÓMEZ | ACTUALIZADO 23.11.2012 - 01:00 EL MIT (Massachusetts Institute of Technology), una de las mejores universidades del mundo, uno de los epicentros de la investigación mundial y también, por qué no, una de las marcas educativas más potentes, celebra por segundo año en Andalucía, en Málaga, su conferencia sobre tecnologías emergentes, el Emtech. Se trata de la cita mundial más importante sobre el asunto y durante dos días reúne a científicos, innovadores, tecnólogos y empresarios para hablar sobre un futuro que no está tan lejos como parece. Se analizan las ciudades inteligentes y la necesidad de consumir menos recursos, distintos proyectos de biomedicina, las redes sociales y su influencia y se organiza además un foro de inversión en el que un grupo de inversores especializados se encuentra con emprendedores. Posiblemente, en el arranque de la cita más de un asistente comentara ayer las palabras airadas que Víctor Grifols, con la sangre en la cabeza, lanzaba la noche antes en Barcelona al auditorio que le daba un premio. La multinacional de hemoderivados es una de las contadas compañías españolas líderes en el mundo, con una trayectoria de libro, una rentabilidad estratosférica y un enorme peso estratégico. Puestos a elegir sectores en los que contar con grandes empresas, la biotecnología debería ser de los primeros. Así que la bronca del empresario a las administraciones, al sistema, a España y Cataluña, fue merecedora de toda nuestra atención. Como cuando habla Juan Roig, presidente de Mercadona, y dice cosas que nadie quiere oír pero que casi siempre hay que hacer. "No invertiré más en España mientras las cosas no cambien", lanzó Grifols a la atónita concurrencia, que escuchó los lamentos del ejecutivo sobre cómo pertenecer a España perjudica, "castra", a muchísimas empresas, y sobre la anquilosada, ineficaz y perjudicial administración que no hemos cambiado en 35 años de democracia. Ahora que expertos del MIT hablan en Andalucía de innovación y creación de empresas, conviene preguntarse qué ha aportado, además de unos tremendos costes, todo el entramado administrativo, tanto central, como autonómico, como local. Básicamente, una ristra de obstáculos para la inversión y un laberinto de puertas cerradas para cobrar cualquier servicio. "No te engañes, todo eso de las ayudas a la creación de empresas es un cuento chino. En España, y más en Andalucía, es difícilísimo, casi imposible, montar una empresa y que sobreviva sin ayudas públicas. Habría que escribir un libro sobre los pasos que hay que dar, las puertas a las que hay que llamar, la desinformación a la que hay que enfrentarse, la arbitrariedad de ciertas decisiones…", me contaba hace unos meses no Grifols, sino un amigo que se atrevió a coger su indemnización por despido para hacerse su propio jefe. Necesitará suerte. Javier Gomez. Diario de Sevilla.23-11-12