Es el Estado con nocturnidad y alevosía
quien más defrauda a los trabajadores, del sueldo que estos reciben por su
trabajo en la empresa
A partir
del próximo día doce, las empresas
estarán obligadas a llevar el control de la entrada y salida de los
trabajadores. Parece ser que, en principio, solo se obliga a las que dependen
de convenios colectivos; PYMES y Autónomos, a las que se les puede seguir esquilmando,
ya que nadie las defiende. Dejaran fuera
a las que tienen convenios propios, Convenios de Empresa, las que siempre se quedan
al margen del esquilmado, las multinacionales, además de que están muy bien
defendida con el dinero de todos. Es noticia que leo hoy en la prensa y que
adjunta una foto con una muy sonriente y muy favorecida, ministra de Trabajo,
ya saben, una señora que en su vida ha tenido una empresa. No ha creado nunca
un puesto de trabajo y que dudo mucho
que haya trabajado fuera de la actividad pública… lo desconozco, tampoco me
interesa.
En teoría,
la intención de este control es que los Autónomos y las PYMES (las
multinacionales son “Seres de Luz” y están en otro nivel, y sería imposible que
abusaran del trabajador) Echen alguna hora extra no declarada. El Estado en un
acto de amor infinito y desde un
instinto también infinito de protección sobre los trabajadores y gracias a este
control, evitara ese abuso.
Hasta aquí,
es un cuento chino. La realidad es que los sindicatos, fieles a las
multinacionales que son las que le garantizan el sustento y con las patronales,
auténticos felpudos de todos los anteriores, proponen al legislador, simples marionetas
en esta historia, que legisle para darle otra vuelta de tuerca a la inviabilidad
de las pequeñas empresas españolas. Para los menos leídos en estas materias,
nuestras PYMES, las españolas, son las de menor viabilidad de la Unión Europea;
Solo el seis por ciento de las que se inician, consiguen llegar al año de vida,
son las que menos beneficios tienen, las que porcentualmente tienen el mayor
coste en Seguridad Social, las que más impuestos pagan, tienen el despido más caro, el mayor nivel de trabas burocráticas, las únicas de la unión con este
modelo de Convenio Colectivo etc. etc. A partir del día doce, a la infinidad de
exigencia desde la administración a las empresitas, se les unirá otra más. Los micro-empresarios españoles de
hoy, mas entregados a lo burocrático que a la propia gestión de su
empresas, tendrán que prestar aún más
atención al papeleo y menos a su
empresa, las gestorías están encantadas.
Es verdad
que hay fraude en las empresas contra los trabajadores pero no son los
empresarios quienes la ejercen, es el Estado con nocturnidad y alevosía el que
se lleva el gran bocado, y evidentemente cuanto más pague la empresa por el
trabajador, mas se lleva el Estado. De ahí la obsesión de nuestro administrador
para que el trabajador cobre el sueldo neto y no el bruto que la empresa paga
por el. Así no puede ver lo que le quitan en impuestos de su trabajo. Mientras,
el número de trabajadores de lo público sigue creciendo. Hay quien lo ve como
el camino hacia el Neo-Liberalismo y hay quien lo ve hacia la Social-Democracia. Lo cierto es que los
extremos acaban tocándose.
Faustino Tomares.