Ha dicho hoy un representante sindical “que el fin de la economía es crear puestos de trabajos”. Hay que reconocer que el hombre se vende bastante bien o que al menos tiene muy claro de parte de quien está, pues queda claro que está de una parte pero para nada de la sociedad en general. Otro representante sindical decía que decrecen los contratos de trabajo de carácter fijo.
Esta es la mentalidad de nuestros representantes sindicales que muy lejos de buscar una mejor sociedad se limitan a defender a ultranza a los pocos trabajadores que tienen el privilegio de tener no solo un buen trabajo sino que además lo tienen fijo.
El fin de la política económica de un país, por mucho que le pueda disgustar a ese señor, no es crear empleo. Crear riqueza debe ser el fin y cuando esta se crea, aumenta el número de puestos de trabajo. por tanto el empleo es una consecuencia de la creación de riqueza y no al contrario. Si se le hace caso al representante sindical, se podrían crear todos los puestos necesarios sin tener en cuenta la creación de riqueza. El problema surgiría a la hora de pagarles a los trabajadores, sin riqueza no hay jornales. Aún tenemos muy cerca a la antigua Unión Soviética e incluso actualmente tenemos Cuba.
Por otro lado está el representante sindical de los contratos fijos. Este señor parece ser que tampoco se ha enterado que cuando se crean las empresas (hay que estar loco para abrir hoy en día una empresa en este país) la Administración no garantiza que vaya a ser una empresa fija por lo tanto mientras a un empresario no le garanticen la fijeza de su empresa, este no tiene lógica que tenga que garantizar la fijeza de los contratos.
En definitiva desgraciadamente nuestros representantes sindicales ya sea por interés particular o bien por ignorancia, no se enteran por donde va el juego.