Italia lleva más de cincuenta años entre los países más rico del mundo, a pesar de que siempre se le ha reconocido un altísimo nivel de corrupción. El dinero ha entrado, vía turismo, en grandes cantidades y siempre ha tenido empresas nativas punteras a nivel mundial que también han generado mucha riqueza interna. Sin embargo, está al borde de la banca rota.
Durante todos estos años la gente de allí ha convivido perfectamente con su corrupción; yo te quito a ti, tú me engañas a mí, nosotros engañamos a aquellos, aquellos engañan a los otros y los otros nos vuelven a engañar a nosotros. Es decir el dinero daba muchas vueltas pero de Italia no salía. Desde hace unos años con la globalidad cambió la formula es decir: yo te engaño a ti pero el banco extranjero se lleva la comisión, tú me engañas a mí y otro banco también extranjero también se lleva su comisión, nosotros engañamos a aquellos y la multinacional que tampoco es italiana se lleva la comisión, aquellos engañan a los otros y otra multinacional seguramente también extranjera se lleva la comisión y cuando esos otros son engañados por nosotros resulta que ya solo queda la mitad del dinero. La otra mitad ya se ha ido fuera. Sigan dándole vuelta a ese dinero y verán lo que queda en Italia. Esta fórmula es aplicable a cualquier otro país.
Llevamos algunas semanas dándole vueltas a la posible nueva tienda del Ikea. Cada colectivo interesado en el tema está publicitando sus razones en pos de sus intereses. Como siempre, ninguno de estos colectivos es capaz de tener un mínimo de honestidad y buscar la salida más sensata para el bien de la generalidad.
Por un lado la firma interesada en ubicar la tienda. Exige el cambio del PGOU como contraprestación nos vende que va a crear un montón de puestos de trabajo. Como si todo aquel que tenga algo de conocimiento en la economía del sector de la distribución comercial, no supiera que por cada puesto de trabajo que crea una multinacional, se pierden cuatro en el pequeño comercio del ramo o que el comercio interior no crea riqueza, solo la distribuye. Por otro lado no se entiende este interés cuando en su tienda de Castilleja, están reduciendo personal y externalizando algunos servicios. Simplemente utilizando la lógica y preguntándose por qué, si para la nueva tienda necesitan 40.000metros cuadrados quieren que le recalifiquen otros 100.000 metros más. Ecologistas en Acción de Sevilla nos da la respuesta: Especulación del suelo.
Por otro lado tenemos al representante de las grandes multinacionales Santiago Herrero muy en su papel. Quejándose de que la Administración se oponga a la creación de puestos de trabajo. Hasta se entiende, se debe a esas multinacionales, le trae muy sin cuidado que esa multinacional en cuestión no genere riqueza sino que encima se lleve los beneficios fuera de nuestras fronteras.
Por otro lado tenemos a las asociaciones de PIMES y Autónomos que ni están ni se les espera. Les trae sin cuidado la destrucción de puestos de trabajo que supondría la implantación del nuevo centro comercial en sus respectivos colectivos. En concreto las asociaciones de Autónomos están empleando toda su energía en los catorce millones de euros que va a dar el ministerio de trabajo en subvenciones y que parece que se los va a llevar la UGT (…que tendrá que ver la UGT con los autónomos)
Afortunadamente el Sr: Carlos Mármol de Diario de Sevilla está poniendo un poquito de cordura en todo este entramado.
Sr. Zoido, Don Juan Ignacio: gobierne, a ser posible buscando lo mejor para la mayoría.