miércoles, 12 de julio de 2017

ABUSO DE LOS LEGISLADORES CONTRA LOS AUTONOMOS




No debemos olvidar que España es el país europeo donde menos supervivencia tiene las empresas y es el mismo país, casi único en Europa en el que tenemos un paro estructural por encima del 20%.

El trabajador autónomo tiene un importante peso en el mercado de trabajo y en la riqueza social. Durante la reciente crisis experimentó un significativo descenso, sin embargo, actualmente crece y con un enorme potencial en cuanto a generación de empleo. Socialmente es el más rentable dado que un autónomo es un auto-empleado que no consume medios públicos muy al contrario aporta mucho a la riqueza social que aumentara la cantidad a distribuir con posterioridad. Un Autónomo es un emprendedor que funciona movido además de por sus  necesidades vitales, para la consumación de un sueño y lo arriesgara todo incluso sus medios futuro para conseguirlo. A poco que obtenga beneficio, iniciara la contratación de terceras personas, por lo que el beneficio social lo multiplica.

Las últimas mejoras aprobadas recientemente y que no se saben cuando entraran en vigor, es otro lavado de cara a la dantesca situación a la que está sometido este colectivo y que en muchos casos hace creer al resto de ciudadanos que la administración pública se preocupa por ellos. Hacen ver a la sociedad lo bien que le va a un dos, tres  por ciento de este colectivo para esconder lo muy mal que le va a la gran mayoría.

              Los datos actuales reflejan una leve mejoría. El número de trabajadores autónomos en España hacrecido en 20.000 en el primer trimestre del año, este crecimiento ha supuesto en términos relativos, un aumento del 0.6 %. Se trata del cuarto año consecutivo con crecimiento de autónomos desde el inicio de la crisis económica. Pero en este informe, por supuesto para no escandalizar a la sociedad española, o para no desanimar a los futuros autónomos de antemano, no se dice el número que en el mismo espacio de tiempo han tenido que echar el cierre. Imaginan la noticia ”de cada cien autónomos que han emprendido este año, noventa y cuatro han tenido que echar el cierre” ¡a quien le quedaría ganas de emprender!

  En general, las medidas implantadas hasta ahora por los legisladores, han ido más orientadas a estimular el aumento del número de autónomos que entran en el mercado de trabajo que a mejorar las casi imposibles  posibilidades de supervivencia de las empresas, su crecimiento y su fortalecimiento. Quedando claro, que la única intención del administrador publico es la de recaudar a costa de este colectivo. Recaudación que en la muy mayoría de los  casos, pasa por la ruina del emprendedor. Deben de saber que de las más de tres mil personas que se suicidan cada año en España, buena parte de ellos son autónomos arruinados.

Naturalmente, nunca se plantean los problemas de fondo a los que se enfrentan los autónomos, futuros empresarios, ni se han llevado a cabo las reformas estructurales necesarias para que ser autónomo en nuestro país deje de ser algo heroico y que además, el colectivo deje de ser tratado como esclavos, carente del más mínimo derecho, salvo los que paga y en algunos casos, ni pagándolos.  

Las imposibles trabas burocráticas y los elevados costes de sus obligaciones formales con la Hacienda Pública y la Seguridad Social, las excesivas cargas económicas que soportan y que no se adaptan a la incertidumbre de unos ingresos variables, propios a su actividad y una inexistente protección social que nada tiene que ver con la que disfrutan los asalariados, son algunos de los problemas que deberían ser tratados con urgencia para que no sólo haya nuevos autónomos sino que se mantengan, se consoliden y aumenten los actuales.

             En materia de Seguridad Social, se debe considerar que un autónomo nada tiene que ver con la de un asalariado. Sus ingresos no son fijos, son inciertos y variables en el tiempo, como lo es su actividad, y por tanto, tiene poco sentido que sus obligaciones con la Seguridad Social, sí lo sean. La protección social que necesitan los autónomos, no puede, ni debe, ser una amenaza a su sostenibilidad. Actualmente, autónomos con pérdidas o rendimientos netos muy reducidos, inclusive por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, que son más de la mitad de los existentes, se ven obligados a asumir costes fijos de Seguridad Social que les resultan insostenibles. En el caso de no ser beneficiario de alguna de las bonificaciones previstas, el autónomo tendría que abonar una cuota en la base mínima de 294,06 euros al mes, la cual es generalmente inasumible en muchos casos.

             La penalización, además, por no abonar en plazo dichas cuotas, es excesiva y de carácter confiscatorio , el recargo de las cuotas de Seguridad Social fuera de plazo por parte de la Administración Pública al elevarse hasta un 20 por ciento, próximamente, parece que el diez. La administración no quiere enterarse que quien no paga la cuota en su día es porque no puede.

               Asimismo, los autónomos han visto tradicionalmente frustradas sus peticiones en materia de protección social, muy por debajo de la que se benefician los asalariados a pesar de la imposible conciliación laboral y familiar a la que se enfrentan. Para las mujeres en España es un reto casi imposible ser madre pero aún más si además es autónoma. Para confrontar esta injusticia, es imprescindible abordar una mejora de la cobertura y protección para la maternidad de las mujeres en general y autónomas en particular.

               Por otra parte, en el ámbito fiscal, la Administración Tributaria, no solo no  facilita la liquidez a los autónomos, si no que  no deja  imponer cargas formales, que además la dificulten. Los autónomos hacen frente a una elevada tasa de morosidad y a una mayor carga financiera del Impuesto sobre el Valor Añadido al tener que anticipar en numerosas ocasiones el impuesto devengado a sus clientes sin haberlo cobrado, y eso a pesar de que ya el señor Montoro, ministro de hacienda, hace años  dijo que los autónomos no pagarían el IVA hasta que no lo cobraran.

            Después de lo expuesto, sería de justicia social abordar con profundidad la situación actual de este colectivo. Se debe de proceder a una reforma urgente, cuya necesidad está sobradamente constatada y ha sido objeto de reclamación por los propios trabajadores autónomos y por las asociaciones que los representan pero que no lo defienden, por  estar fuertemente subvencionadas por la Administración Pública. Estas reformas deben estar dirigidas a reducir las cargas administrativas que soportan, clarificar su fiscalidad y avanzar en la equiparación de su protección como la que se proporciona a los trabajadores por cuenta ajena.

Por otro lado es de destacar la insolidaridad o indiferencia con este colectivo del resto de la sociedad. Todo ello debido al magnífico trabajo de los lobby creadores de opinión de nuestros legisladores, que ha criminalizado a  los empresarios entre los que se incluyen de forma intencionada a los autónomos.



Por último; las cifras que se hacen públicas, esconden intencionadamente, una realidad mucho más dura. Mientras que el total de altas ascendió a 665.480 en el año 2015 (último del que se tienen datos) el número de bajas de autónomos en el mismo año fue de 625.587, solo sobrevivió un 6 %, una cifra excesivamente baja que denota las dificultades de supervivencia a las que se enfrentan los autónomos. No debemos olvidar que España es el país europeo donde menos supervivencia tiene las empresas y es el mismo país, casi único en Europa, en el que tenemos un paro estructural por encima del 20%. A pesar de estos irrefutables parámetros, no hay nadie en este país que se pregunte, que saque conclusiones sobre los mismos (no interesa por el negocio de los subsidios). Esta situación estructural, solo puede definirse como terrorismo de estado. De ahí que se intenten ocultar las dantescas cifras de bajas y se aireen las escasas altas. Ocultismo para el que hay unanimidad entre nuestros legisladores e incluso entre los responsables de las patronales, fuertemente subvencionadas.


Faustino Tomares.