domingo, 10 de febrero de 2013

ARIAS CAÑETE, JUAN RAMON RALLO, LAS PYMES Y LAS GRANDES SUPERFICIES


Llevamos años observando como todos los gobiernos han multiplicado la normativa existente en materia de empresas de distribución comercial. Siempre normas que beneficiaban a las grandes superficies en prejuicio de las Pymes y los autónomos del sector. Así y todo ya hace unos años que Fernandez Ordoñez entonces gobernador del Banco de España, sugirió que había que legislar de forma diferente entre la gran y la pequeña empresa, pues estas últimas soportan muchos más gastos en proporción que las grandes empresas. Han pasado los años y no se ha hecho nada en este sentido, muy al contrario se sigue legislando en prejuicio de las pequeñas empresas.

Desde que llegó la fiebre de las grandes superficies a España, a manera del plan Marshall para Europa, hemos asistido al entreguismo total desde la administración pública con estas empresas: Se comenzó regalándoles los terrenos, subvencionando la SS.SS de los trabajadores e incluso parte del sueldo.

-Se ha urbanizado priorizando los trazados de carreteras hacia estos centros. Sin importar que se colapsaran carreteras e incluso autopistas por los accesos a estas tiendas e incluso pagando la Administración pública grandes obras de infraestructuras para que no se notara mucho. Como ejemplo el IKEA de Castilleja de la Cuesta aquí en Sevilla.

- Se ha obligado al consumidor a cambiar los hábitos de consumo adaptándolos al de  “usar y tirar” una filosofía de vida que está destrozando el medio ambiente para que estas tuvieran más beneficio. Se impuso el envase no retornable porque, quien va a ir cargado con la multitud de envases que hoy se necesitan a esas grandes tiendas, somos únicos en Europa en el enorme despilfarro económico que hacemos para estos envases y por el daño que estos hacen al medio ambiente. En pequeños electrodomésticos e incluso grandes, usar y tirar y no reparar, tenemos el mismo caso. En muebles, el mismo. Todo esto ha desarrollado la industria improductiva que hoy padecemos para que esas multinacionales se lo lleven calentito, eliminando infinidad de puestos de trabajo que antes se necesitaban para mantener la industria de “usar y reutilizar” por cada puesto de trabajo que crea una gran superficie, se destruyen cuatro en las Pymes.

-Se han construido infinidad de urbanizaciones con miles de casa sin un local comercial para obligar a los futuros vecinos a comprar en las grandes superficies. Se ha hecho un binomio compra-coche que al precio de la gasolina ya me dirán. La peatonalización en los centros urbanos ayudó también para mandar más clientes  a las grandes superficies. Sin aparcamientos, el negocio era inútil.

-Los medios de comunicación, especialmente los públicos, cuando daban una mala noticia del comercio, fotos del pequeño, cuando era buena, imágenes de los grandes.

Así y todo no conseguían destruir al pequeño comercio. Pues nada, entramos en la segunda fase: La Administración Pública a propuesta de las multinacionales del ramo prosiguen su colaboración de la siguiente manera:

1º Elaborar infinidad de normas para encarecer y hacer problemática la existencia de las pequeñas empresas: Riesgos Laborales, Vigilancia de la Salud, Protección de Datos, Planes de higiene etc. etc. normas  que para las grandes superficies no le supone ningún encarecimiento significativo, mientras que a las pymes les resulta una maraña de burocracia y motivos para ser sancionados por la administración y lo que es más grave, distraer la atención del pequeño empresario en esta insoportable burocracia.

2º Fomentando la instalación de mercadillos ambulantes en todos los pueblos con la maquiavélica intención de que estos completaran la oferta comercial que las grandes superficies no conseguían. Para así intentar acabar con el pequeño comercio. Dándose la situación de hacerles la vida imposibles los ayuntamientos a sus comercios de toda la vida y dándoles todo tipo de facilidades a estos mercadillos ambulantes.

A pesar de todo, admirado Juan Ramón, con el colectivo de los Autónomos no hay quien pueda, quizás por ello haya tanto abuso desde la administración. Por cada diez que caen, se levantan doce.

La última tropelía desde la administración, fue con la imposición de la LEY ONNIBUS DE ESTABLECIMIENTO COMERCIAL que nos impusieron desde Europa en 2009. En ella se obligaba a los estados miembros a hacer desaparecer la Licencia de Apertura, ya sabes el escoyo que esta significa en el organigrama nacional. Pues bien cuando esta ley llega a los entes locales reorientada desde las Diputaciones de cada ciudad, le habían dado la vuelta a la misma y era todavía más complicado poder abrir un establecimiento al público. Se lo que estoy diciendo porque durante esos años yo era Tte. Alcalde de Tomares y Delegado de Comercio, antes vicepresidente de la Asociación de Comerciantes y ahora Presidente de la Asociación Pymes y Autónomos de Tomares. “Afortunadamente” la crisis que padecemos está haciendo que los ayuntamientos estén haciendo la vista gorda.

Por fin voy a entrar en el tema que nos trata. El abuso de las grandes superficies de la distribución con la producción en origen: En el campo: Frutas y verduras, aceite etc. en las ganaderías: leche, carne etc. y con los fabricantes de los demás productos, que no hablaré porque lo desconozco pero que entiendo que la filosofía es la misma:

La Gran Distribución tiene una cota de mercado, no tengo datos fiable, de más o menos el ochenta por ciento del total. De este total más del cuarenta se lo reparten cinco firmas, entre ellas Mercadona. Sabes qué pasa cuando estas cinco firmas se ponen de acuerdo y le dicen al productor “Tus naranjas valen por la demanda del mercado treinta céntimos pero nosotros las vamos a pagar a quince. Si no me las vendes, no tendrás cliente a quien vendérselas”. El agricultor, se  las tiene que vender a ese oligopolio, admirado Juan Ramón, es lo mismo que pasa con la leche, las aceitunas que dan aceite, con las carnes etc. etc. porque no le preguntas al señor Serra de ASAJA  haber que te dice. Es lo mismo que está pasando por ejemplo con las gasolinas y el oligopolio que las petroleras han conformado pero el ministro Soria parece que no tiene el sentido de justicia que el señor Cañete o a lo mejor es cuestión de huevos o a lo mejor…de dinero…

 

Seguiré diciendo lo mismo en Facebook y en Twiter” Por fin un ministro que ve por donde va el abuso de las multinacionales en detrimento de las Pymes. Parece ser que le va a meter mano al oligopolio que han conformado las multinacionales de la gran distribución”

Faustino Rodriguez Ortega. Presidente de la ASOCIACION PYMES Y AUTONOMOS DE TOMARES. Ex político del PP